Cómo comenzar.
Esta debe ser la primera vez que una persona enferma, con síntomas gripales y fiebre... Fiebre (mucha fiebre), no los padece por el frío. El frío, en realidad, fue un protagonista muy secundario, queriendo tomar la posta en ciertos momentos, llevando a este astronauta y a la bruja a crear esa burbuja que los lleva al sol.
Hoy, esta enfermedad, ataca como una resaca fresca, peleandole al insomnio post-crimen.
El único verdadero crimen fue el anonimato. El resto fue... Suspiren, y piensen en los momentos que te sacan el aliento, en los que agradecés estar vivo.
No me quiero quedar corto en las palabras, pero vuelvo a tener ese problema de superposición de ideas, de colapso, de no bastarme mi concentración para centrarme en una idea y no volar.
Me gusta una historia, y es la del Principito. Pero esta no es la que todos conocen, o al menos no literalmente. Este chico cuidaba a su flor, porque para él esa flor era única. Un zorro (o tal vez, dos, tres, varios), ajeno a ese mundo, le dijo que su flor era como las demás, y que encontraría a una flor mas linda, más suave, solamente bastaba con buscar y esperar. Él habló con su flor, y ella le dio la razón al zorro. Pero lo que el chico no sabía cómo explicarle es que él era Principito gracias a ella, tal vez porque se sentía príncipe solamente con contemplarla, o quizás porque ella era todo su reino. Nunca hay que hacerle caso a las flores, solamente basta con mirarlas y olerlas...
Ese Principito también sintió ese momento en el que no existe nada ni nadie más, solo él y su flor, viendo como el día ya no era día y la noche no llegaba a ser noche...
Y, a pocos metros de haber embarcado estas sinceras líneas, me voy. Pero no quedó acá.-
