viernes, 21 de septiembre de 2012

Me descubro como un tipo en plena competición constante. Me jode más perder que encontrar algo que no siento hace tiempo. Me inclino a mi intento de superación constante, eso en lo que me veo flojo y quiero mejorar. Tengo la imperiosa necesidad de demostrar mucho más de lo que soy, aunque sea temporal, y me convierto en engañoso, poco fiable. Y te vendo lo que querés, pero dame el premio. Dejame sentir que pise una cabeza.
Y corriendo en desventaja, estoy. Ira por doquier, demostración de insatisfacción. Manifestarle al mundo que está equivocado, que el que tiene lo que se tiene que hacer, SOY YO. Atento contra todo momento en que soy objetivo, no me interesa.
El oro del Perú y los días en que los ojos cambian de color no llegan a satisfacer al deseo de ver a los caídos.

lunes, 17 de septiembre de 2012

El experimento de enamorarse fracasa con esa gota de más. Una vez que cayó, ya corre peligro. Va a explotar. Probar equilibrar las medidas solo hará un poco más larga la espera. El desastre es inminente. Y mientras el resto de las cosas siguen su curso, vos miras lo que dejó tu derrota. Buscás culpables, aprehendes algo de la experiencia y prometes no volver a caer en el error. Pero vas a volver a intentar.
Al tiempo, midiendo, sin ser nada temerario, vas armando lo que te parece correcto. Y lo tentador de obtener el resultado te puede hacer caer en viejos vicios. Llegaste hasta un punto y te preguntás... ¿Para qué?

O por qué...