El ser siempre será el ser, y nunca será el deber ser. A punto de dar el famoso principio que es, y que no debió ser.
No es una enfermedad, no tiene síntomas. Es la pérdida de un yo, de la seguridad de mi mismo, de lo que creo ser y soy a lo que debo ser y soy. Juego de palabras algo turbio, pero habrá quien me entienda. No aceptar la realidad (pies en la tierra) trajo la primer reacción que fue generar a este ser, mientras quien seguía en pie era el que debía ser. Aparición del engaño, tanto con mi (vos) mismo y con el alrededor. Es otra realidad, y es realidad porque deriva de lo real, y lo real de lo ideal (sentir). Con esto parece que digo que no soy real, y no es así. Soy real dentro de la realidad, siento, pienso y actuo con verdad, con escencia, con lo que soy. Pero ante el primer cambio de viento, el pasaje es inmediato. Es una dualidad.
No quiero que se acabe el camino así. No quiero más oportunismo. No quiero más azar...
Perdón Maga.
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